Seguimos con las clases teóricas. Hoy hemos hecho dinámica de grupos para reflexionar sobre qué es la cooperación y el desarrollo. He recordado una de las sesiones de mi postgrado en Barcelona. Una antropóloga nos hacía reflexionar sobre la prepotencia con que el Norte trata a los países del Sur: quién nos creemos que somos nosotros para ir a “ayudar” a estos países?. Qué pretendemos, arreglar lo que siglos de colonialismo han destruido? Es eso la cooperación? Y respecto al concepto de desarrollo, existe una única idea de desarrollo?. Desarrollar es crecer económicamente, es decir que incremente el PIB de un país? No es ese un punto de vista liberal y capitalista? En fin, todas estas son reflexiones muy interesantes pero que pueden acabar desmotivando y desorientando al futuro cooperante. Recuerdo la depresión que nos cogió a todos los primeros días del Postrgado en Barcelona,jaja. 
Creo que al final uno ha de concentrarse en el efecto que puede tener su trabajo concreto sobre aquellas comunidades en las que actúa y punto. Claro que entre todos hemos de cambiar el mundo, pero mejor empezar de forma más sencilla y práctica por abajo, ayudando por ejemplo al desarrollo de determinadas zonas de los países del Sur.
De tanto reflexionar nos ha entrado hambre y hemos ido a un restaurante diseñado como una haima del desierto, con el suelo tapizado de alfombras de camello. Hemos comido cuscús una vez más; el menú empieza a ser repetitivo pero no me quejo, que al menos no pica, como la comida de la India!
Por la noche hemos dado una vuelta por el centro de Nador. La ciudad está en fiestas y cada día hay conciertos al aire libre. Es interesante ver en la calle el contraste entre los emigrantes y los locales. Los primeros vuelven de Europa en agosto a pasar las vacaciones. Ellos son teóricamente los que han triunfado y tienen que demostrarlo: vienen del otro lado del estrecho con sus Mercedes y, si no tienen uno, lo alquilan al llegar a Nador; lo importante es aparentar que se ha triunfado. También organizan grandes comidas para parientes y amigos, traen regalos para todos… En definitiva se comportan como auténticos nuevos ricos. Los locales que no han emigrado se los miran con envidia y respeto, deseando un día poder ser como ellos.
Creo que al final uno ha de concentrarse en el efecto que puede tener su trabajo concreto sobre aquellas comunidades en las que actúa y punto. Claro que entre todos hemos de cambiar el mundo, pero mejor empezar de forma más sencilla y práctica por abajo, ayudando por ejemplo al desarrollo de determinadas zonas de los países del Sur.
De tanto reflexionar nos ha entrado hambre y hemos ido a un restaurante diseñado como una haima del desierto, con el suelo tapizado de alfombras de camello. Hemos comido cuscús una vez más; el menú empieza a ser repetitivo pero no me quejo, que al menos no pica, como la comida de la India!
Por la noche hemos dado una vuelta por el centro de Nador. La ciudad está en fiestas y cada día hay conciertos al aire libre. Es interesante ver en la calle el contraste entre los emigrantes y los locales. Los primeros vuelven de Europa en agosto a pasar las vacaciones. Ellos son teóricamente los que han triunfado y tienen que demostrarlo: vienen del otro lado del estrecho con sus Mercedes y, si no tienen uno, lo alquilan al llegar a Nador; lo importante es aparentar que se ha triunfado. También organizan grandes comidas para parientes y amigos, traen regalos para todos… En definitiva se comportan como auténticos nuevos ricos. Los locales que no han emigrado se los miran con envidia y respeto, deseando un día poder ser como ellos.
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